Afirma Oxford que vacuna muestra protección inmune

Una versión experimental de la vacuna contra el coronavirus provocó una respuesta en el sistema inmunológico de cientos de personas que participaron en el ensayo, informó la Universidad de Oxford en Inglaterra.

Los investigadores británicos comenzaron a probar la vacuna en abril en aproximadamente mil personas, la mitad de las cuales recibieron la vacuna experimental.

Dichos ensayos iniciales generalmente están diseñados solo para evaluar la seguridad, pero en este caso los expertos también estaban buscando ver qué tipo de respuesta inmune fue provocada.

Estos descubrimientos, difundidos en la revista médica The Lancet, se consideran muy prometedores, si bien todavía es necesario llevar a cabo ensayos a mayor escala a fin de determinar si los anticuerpos son suficientes para ofrecer protección a largo plazo contra la enfermedad.

«Estamos observando una buena respuesta inmunológica casi en todos», declaró el médico Adrian Hill, director del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford. «Lo que esta vacuna hace particularmente bien es detonar ambas ramas del sistema inmune».

Hill agregó que se producen anticuerpos neutralizantes -moléculas que son cruciales para bloquear el contagio-. La vacuna causa además una reacción en los linfocitos T del organismo, células que ayudan a combatir el coronavirus.

La vacuna experimental contra el nuevo coronavirus causó efectos secundarios leves como fiebre, escalofríos y dolor muscular con mayor frecuencia en aquellas personas que han recibido una vacuna contra la meningitis.

Hill sostuvo que en la actualidad se llevan a cabo pruebas más extensas para evaluar la efectividad de la vacuna, que involucran a cerca de 10 mil personas en Reino Unido y voluntarios en Sudáfrica y Brasil. Otra prueba grande está programada para iniciar próximamente en Estados Unidos, la cual contaría con la participación de unas 30 mil personas.

La rapidez con la que los científicos puedan determinar la efectividad de la vacuna dependerá más que nada del nivel de transmisión, pero Hill calcula que para finales de año podrían contar con los datos suficientes para decidir si la vacuna debería ser adoptada para campañas de vacunación masiva.

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