‘Donald es el matón que quería mi abuelo’

La actitud amenazadora y aterrorizante del Donald Trump que el mundo ve hoy es consecuencia de las expectativas que su padre, Fred, tenía en primera instancia, no para el ahora Mandatario, sino para su hijo mayor, explicó a REFORMA Mary L. Trump, sobrina del Presidente estadounidense.

«Donald fue moldeado principalmente por tres cosas… (una de ellas) la forma en que mi abuelo trataba a mi papá, el hermano mayor de Donald, y las expectativas totalmente irreales que tenía para mi papá», explicó Trump, de 55 años y autora del libro «Siempre demasiado, nunca suficiente».

«Mi papá (Fred Jr.) era una persona sensible, amable y generosa, por lo que no podía vivir a la altura de esas expectativas. Donald, al ser 7 años y medio más joven, aprendió de ver cómo mi abuelo trataba a su hermano mayor y sabía que tenía que convertirse en un tipo rudo y matón para sobrevivir».

¿Qué significó el haber crecido en la familia Trump?

Cuando creces en medio de algo no te das cuenta que haya algo mal, sólo es como es. Pero, tomar distancia -soy una adulta y soy psicóloga clínica- creo que me ha dado nociones sobre lo que ocurre con el comportamiento de Donald y que otras personas pueden no tener. Tengo una mejor idea de cómo lidiar con ello ahora y es más fácil para mí ver hacia adelante.

Por otro lado, también me siento más aterrorizada y hace que dormir sea mucho más difícil, porque tengo una mejor idea de qué podría pasar.

¿Qué clase de padre es Donald Trump con sus hijos?

No lo sé, no tengo un conocimiento particular respecto a eso ya que no crecí realmente con mis primos porque son más jóvenes que yo.

Como un espectador externo, creo que Donald, de cierta forma, es tan desconectado con sus hijos como lo fue su propio padre. Creo que la relación con sus hijos se basa en transacciones y es condicional, que también fue el caso con mi abuelo. Creo que todos parecen estar sacando algo de ello, pero creo que mis primos entienden que si no juegan el rol que su papá les exige que jueguen no tendrán un mejor futuro que los otros miembros de la Administración que le pusieron un alto.

Usted señala en su libro que cuando era niña jugaban beisbol en la casa de su abuelo con un Donald Trump casi adulto que lanzaba la pelota muy fuerte porque no le gustaba perder, aunque se tratase de niños. ¿Pasa lo mismo en su papel como Presidente?

Sí, desafortunadamente así es diario (risas). No sé por qué me río si la lanzaba muy fuerte y me duele la mano. La diferencia es que entonces sólo jugábamos «catch» (atrapar la bola) en el patio trasero, y la única persona que salía lastimada era yo. Ahora pone vidas en riesgo todos los días a través de su impulsividad y su necesidad de parecer más fuerte, porque necesitamos recordar -y muchas personas pueden no entenderlo- pero Donald es una persona increíblemente débil.

En mi familia ser débil era algo muy malo. Mi abuelo no apreciaba la debilidad, por lo que Donald tuvo que compensarlo de más, y al hacerlo terminamos teniendo milicianos armados amenazando a manifestantes pacíficos en ciudades norteamericanas, porque él cree que eso lo hace ver duro.

Hay niños que viven en campos de concentración «de facto» en la frontera porque Donald cree que eso lo hace ver duro.

En su libro, menciona que en 2016 los estadounidenses votaron por convertir el país en una versión más grande de su «malvada familia» y que esto sería el fin de la democracia. ¿Qué le espera a EU y al mundo si Donald Trump gana de nuevo?

Eso es algo terrible de pensar. Antes que nada, si él «gana», ganará porque hizo trampa, porque ya lo está haciendo. Está tratando de desmantelar el Servicio Postal para forzar a quienes votarían por correo a salir en medio de una pandemia mortal.

Si logra mantenerse en el Despacho Oval otros cuatro años será el fin de la democracia estadounidense. Esto desestabilizará al mundo, y tenemos que hacer todo cuanto podamos para que eso no pase.

Recientemente, el Presidente Andrés Manuel López Obrador viajó a Washington para refrendar una alianza comercial, y, hasta ahora, las cosas están en calma. ¿Qué pasará si el Presidente de México ya no coincide con Donald Trump?

El acuerdo quedaría roto en un segundo, porque lo que Donald considera como lealtad -que es algo que existe mutuamente entre dos personas o dos grupos- es que la otra persona esté de acuerdo con él al 100 por ciento en todo momento. Tienen que apoyarlo incondicionalmente en todo momento. Él no tiene que hacerlo por la otra persona. Todo depende enteramente de que la otra persona haga lo que él quiera que haga, o de otra manera será despedido inmediatamente.

¿Cree que la actitud de Donald Trump con AMLO se deba sólo a la necesidad de contar con el voto hispano?

Me parece bastante cínico. Trump no ha hecho nada por las comunidades hispanas y latinas del país. De hecho, ha puesto muchas vidas en riesgo por sus políticas impulsivas, y cualquier intento que haga por llevar su imagen con los latinos y votantes hispanos es puramente superficial.

Menciona al principio de su libro que en 2017, durante la cena en la Casa Blanca con motivo de la Investidura de Donald Trump, fue la primera vez que abrazó a su tío. ¿Qué sintió al abrazarlo?

Sorpresa. Fue algo muy no Trump. No nos abrazamos en mi familia y esto me hace pensar o sentir que tal vez, no lo sabía entonces, algo andaba mal.

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