El hijo del Capitán Trueno; Bosé desempolva a Miguelito

  • En charla con Yuriria Sierra, para Grupo Imagen, el español habló de los temas de su libro.

De Miguelito a Miguel, no Bosé, sino el niño que fue y se formó antes de pisar un escenario: “estás memorias son la parte más inédita en mi vida, de la que nunca se habló, porque en aquella época era hijo del Capitán Trueno y de Lucía Bosé…”, me comenta el cantautor al iniciar la conversación. De nuevo nos encontramos, entre polémicas y un público que lo extraña. Miguel Bosé toma las letras, ahora de otra forma, ahora no para crear canciones, sino para contar una historia, su historia.

¿En qué momento decidiste escribir estas memorias?

La última vez que platicamos, yo te decía a ti, Miguel, que la literatura se te cuela en las letras de tus canciones… claramente tú, con la literatura, has tenido una relación muy peculiar toda tu vida…

Yo creo que en el momento en que me siento, no me doy cuenta hasta que empiezo a escribir, hasta que empieza a fluir, porque lo hice una primera vez y no pasó nada, me senté una segunda vez y un poco más.  Ya en 2019 me senté, ya estaba viviendo yo aquí en México, y empezó la atacada de 8 de la mañana 7 de la noche.”

Ya no parabas…

No paraba. Te das cuenta que, de alguna manera, estás en paz con esas cosas, porque con el carácter que yo tengo, Yuriria, jamás hubiese podido hacer que saliera nada de estas manos y de esta cabeza, si hubiese estado plagado de rencor, de revancha, de dolor. En estas memorias hay cosas muy duras, muy desagradables, terribles. Si me preguntas cuál es la palabra que, después de haber entregado el libro, se queda en ti respecto a estas memorias, te diría que: pacificadoras.”

Hablas en primera persona en casi todos los capítulos y, por ejemplo, en el capítulo de Picasso hablas como narrador…

Fíjate que intentaba, cuando leía y me daba cuenta que había saltado de la primera a la tercera y más tarde de la tercera la primera y había ese juego de actor-narrador, actor-narrador, intenté reconducir esas partes en tercera persona a primera persona y no funcionaban, habían salido así y así serían respetadas. Una cosa muy extraña, pero bueno, esa es la magia de la escritura.”

Nos cuentas también mucho de tu mamá, de tu papá justo el título: El hijo del capitán trueno, que es tu padre, además hay una canción famosísima, quién no la conoce. Yo no pude evitar sentir una profunda ternura por ese niño, por ese Miguelito…

La ternura que me provocaba ese niño, desataba una enorme solidaridad. En aquella época creía que era lo más importante, cada vez, cada mañana al despertar. Sobrevivirle a estos dos monstruos, o sea, que eran unos dioses, unos dioses de mi época. Eran dos mega monstruos a los cuales les permitía todos los caprichos y todas las extravagancias. Sobrevivirle a eso era un ejercicio de lo que tuve y descubrí ahora escribiendo, que Miguelito tuvo desde el primer día, que era: determinación.”

Miguelito aprendió a torear, pero la vida…

Sí, sí, muy bien dicho. Mi abuelo decía: ‘Ser torero no es una profesión, tan solo hay gente que no es torera de profesión y que es más torera en la vida’. ¿Por qué? por su actitud.”

Este capítulo de la visita a Somosaguas, la casa de campo que tenías con tus padres, a mí particularmente me dio mucho dolor leer todo el capítulo de cuando te llevaron al safari, cuando tu padre te llevó al safari.

Sí, fíjate, eso fue un antes y un después. Después de ese safari yo entendí, durante el safari entendí que no estaba a la altura de ser hijo de mi padre, de lo que mi padre o de los requisitos que pretendía mi padre y tiré la toalla, dije: se acabó, no voy a hacer más esfuerzos por gustarle, por dignificarle y poco tiempo después, mis padres se separan; la ruptura que es la que arranca el libro, con el incendio de la casa y el misterio de quién le incendió, en dónde se quema mi infancia.”

A ti en ese safari te dio malaria y yo hoy me preguntó y, con mucho respeto, por supuesto, Miguel, si este momento controvertido y turbulento en tu vida no es un reflejo de aquello que pasó… Pues el Capitán Trueno fue el primer negacionista de tu malaria ¿no?… Dijo: no pasa nada, tú estás bien, levántate, anda y… ¡casi te mueres, Miguel!

A ver, eso era la actitud de los machos ibéricos, españoles de aquella época, época franquista que era terrible, terrible. ‘La quinina, es una mariconada’, esa era la palabra que estaba en la boca.”

Y yo lo pregunto, porque tus posturas en torno a la pandemia han resultado a mí, como a millones de personas, controvertidas. Y nada más pues, quizá, a lo mejor buscar un poquito y entenderlo a partir de tus memorias es importante. Yo creo que todos los demás detalles, Miguel, tu descubrimiento de la sexualidad, el deseo como motor creativo. Esto es una delicia, es una belleza y creo que, además, contado con una extraordinaria elegancia.

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