Magnitud del sistema educativo mexicano; hubo bajas cifras en la asistencia escolar

  • Los estados con mayor población no son los que tienen más alumnos, y eso se debe a la estructura demográfica que tienen.

Las niñas, niños y adolescentes de todo México han regresado a un nuevo ciclo escolar. Se trata de una cuestión de la mayor relevancia para un país que tuvo uno de los peores desempeños durante la pandemia, y respecto de la cual se estima que ha habido enormes pérdidas de aprendizaje y muy elevados índices de abandono escolar.

UN SISTEMA ENORME

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, en 2022 hubo matriculados 13.34 millones de estudiantes en el nivel de educación primaria, población para la cual había 96 mil cinco planteles escolares. Las entidades con mayor número de estudiantes matriculados son Estado de México, 1.7 millones, y siete mil  850 escuelas. Jalisco, 915 mil 227 alumnos, con cinco mil 618 planteles. Chiapas, con 796 mil 609 escolares y ocho mil 458 escuelas; Veracruz, con 788 mil 898 alumnos, y nueve mil 425 escuelas. Puebla, con 751 mil 723 alumnos y cuatro mil 626 escuelas, y Guanajuato, con 683 mil 673 alumnos, y cuatro mil 349 planteles.

Estos datos revelan al menos dos cuestiones muy importantes: en primer lugar, que los estados con mayor población no son necesariamente los que tienen más alumnos, y eso se debe a la estructura demográfica que tienen. Por ejemplo, la Ciudad de México, ocupa el sexto lugar en matrícula escolar, y ello se debe al acelerado proceso de envejecimiento de su población y a la acelerada reducción en las tasas de fecundidad. Por el contrario, Chiapas, ocupa el tercer lugar nacional en matrícula, con el segundo mayor número de escuelas en su territorio, lo cual es debido a que se mantiene como una de las entidades con mayor tasa de fecundidad y mayor proporción de población infantil respecto del total.

MALAS NOTAS

De acuerdo con el documento Indicadores Nacionales de la Mejora Continua en la Educación en México, 2022, para 2020, los resultados educativos del país fueron malos, continuando con los déficits estructurales e históricos que hay en la materia. Así, para el grupo de 3 a 5 años, la tasa de asistencia escolar fue de sólo 72.9%; en el de 6 a 11 años, de 98.4%; en el de 12 a 14 años, de 92.8%, y en el de 15 a 17 años, de 73.6%. Para las personas en edad de asistir a la educación superior el porcentaje fue sólo de 35.1 por ciento.

Cuando se revisa, por otro lado, la tasa de asistencia, con antecedente escolar para cursar la secundaria, los datos son bajos: en el grupo de 12 a 14 años, es de 95.5%; en el de 15 a 17 años, es de 81.5%; mientras que en licenciatura la tasa de asistencia es de sólo 53 por ciento.

De igual manera, las tasas de cobertura neta siguen siendo muy bajas y el impacto en la pandemia fue notorio: en la edad preescolar 3-5 años, la reducción fue de 70.3% en el ciclo 2018-2019; cayó a 69.8% en el ciclo 2019-2020, y a 64.2% en el ciclo 2020-2021.

Para el grupo de 5 a 11 años (primaria), la caída fue de 98.7%, a 98.3% y a 97.4%, respectivamente, en cada uno de los ciclos señalados. Al respecto, es importante subrayar que un punto porcentual representa a más de 130 mil  niños.

El reporte para la secundaria es prácticamente sin cambios; mientras que en el nivel de educación media superior se pasó de 63.6% de cobertura en el ciclo 2018-2019 a 62-2% en el ciclo 2020-2021.

 

FUTURO COMPROMETIDO

Según los datos de MEJOREDU, la cobertura neta en primaria y secundaria sigue estando muy legos de lo deseable para todas las entidades de la República. Los datos disponibles muestran brechas enormes que no sólo no se han cerrado, sino que se mantienen en el tiempo y en algunos casos, ante eventualidades como la pandemia de covid-19, se expanden y se profundizan.

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TODOS PIERDEN

De acuerdo con la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), México se encuentra por debajo de las tasas de cobertura educativa en todos sus niveles, respecto de los niveles que se habían alcanzado hasta el inicio de la presente administración y con excepción del bachillerato, en todos los niveles el dato del ciclo 2021-2022 es peor que el registrado en el ciclo 2013-2014. Es decir, estamos ante una auténtica década perdida en materia educativa que amenaza con convertirse en una tragedia, si no permanente, sí de muy largo plazo. Con estos resultados, todas y todos perdemos.

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