Como todos sabemos, la pandemia de Covid-19 ha traído terribles consecuencias a nivel mundial, pero si de todo ello puede rescatarse algo positivo, esos son los cambios a nivel ambiental que se han reportado como consecuencia del confinamiento. En este sentido también, se reportó que la caza furtiva de rinocerontes disminuyó a la mitad.
De acuerdo con la ministra de Medioambiente de Sudáfrica, el número de rinocerontes que fueron cazados en los primeros seis meses de 2020 fue de 166, contra los 316 en el mismo periodo del 2019.
Tristemente, esta buena racha, apoyada por diversos programas gubernamentales enfocados en la conservación de la especie y la detención de la caza furtiva, pareció tener un retroceso conforme las medidas de distanciamiento social y confinamiento comenzaron a relajarse.
Pese al repunte en la caza durante julio, las autoridades anunciaron que han logrado detener la escalada, y afirmaron que esperan mantener las cifras muy por debajo de lo que se encontraban en periodos anteriores.
La caza furtiva ha sido un problema al que Sudáfrica se ha enfrentado de forma histórica, sobre todo porque, específicamente en el caso de los rinocerontes, continúa existiendo una alta demanda de sus cuernos ya que en algunos países asiáticos son considerados como afrodisíacos o un símbolo de estatus.
Al mismo tiempo, algunas ramas de la medicina tradicional china considera utiliza el cuerno de estos animales como una supuesta cura contra el cáncer y otras enfermedades.
